Alineaciones:
JUVENIL: Alexander, Brull, García, Saiz, Imanol y fernández
SENIORS: "Tigre" López, Manu, Zaballa, Ferrero, Muñoa, y Bilbao
Cancha: Kanpazar Ikastola
Espectadores: 4
Desde el planteo, el cuadro de los Seniors demostró su intención de ir al frente.
A los 5 minutos con la conexión inspirada entre Zaballa y Ferrero, el delantero tuvo dos claras: la primera se la sacaron en la línea y la otra fue al fondo de la red. Lanzó López desde el costado occidental, Ferrero recepcionó en el aire y tras un mal rechazo del arquero, apareció Zaballa en el entrevero del área y la mandó a guardar.
A partir de ese instante, los goles fueron ubicándose en el casillero de los Seniors. Y solo tres minutos después, Muñoa, sin derecho a apelación convalidó un envío de Manu que picó dentro del arco.
Durante el primer capítulo, los juveniles contaron con una sola escena favorable en los metros decisivos, pero el "Tigre" López le aplicó a la pelota el puñetazo salvador cuando entraban Fernández y Saiz con la intención de definir.
Tras esos primeros veinte minutos iniciales con el marcador mostrando un contundente 4-0, hasta la parada, el encuentro fue cayendo en un pozo. En el equipo de Los Seniors mucho tuvieron que ver las salidas intermitentes de sus mejores intérpretes por problemas fisiológicos. Además, la prolongada ausencia de López y lo cómodo que quedaba el marcador atentaron contra el espectáculo.
Los Juveniles intentaron ir, con más desespero que orden, y con más amor que fútbol. Alexander tomó la iniciativa y procuró cuidar la pelota, pero careció de profundidad. García, pescó el cuero en el área a la salida de un tiro de esquina y decoró la cuenta. Previo al intermedio, Brull malogró una opción expedita en frente de la valla.
4-3 hubiera señalado el marcador luminoso, en el caso de que alguno se hubiese preocupado de encenderlo, y antes otro de comprarlo.
Tras la parada, el conjunto juvenil salió a buscar el empate, pero se descuidó y a los dos minutos de la reposición Bilbao lo trituró con un taconazo. No bastaron las filosas réplicas que Imanol capitalizó.
Después de una tímida reacción, Ferrero propinó un golpe certero y liquidó el pleito. Muñoa primero, seguido de Manu y Zaballa después que, con espacio y tiempo, avanzó con el horizonte despejado y marcó un golazo que sentenció la contienda .
A partir de este gol venido desde el otro mundo, el equipo juvenil olvidó que el balón nació para ser tocado y halagado. Sin balón no hay fútbol, del mismo modo que donde hay patrón no manda marinero.
A lo largo del cotejo se pasaron por alto dos infracciones dentro del área que cometió el duro volante juvenil.
Al otro lado, el manejo sublime del esférico por parte de los seniors, con decenas de goles errados, cambios de juego imprevistos, atajadas memorables, llantos convertidos mágicamente en festejo, celebraciones apagadas... de todo.
Sin plata para resolver lo del tanteador, concluyó el match con un demoledor 9-5.
"Adiós, muchachos, compañeros de mi vida, barra querida de aquellos tiempos. Me toca a mí hoy emprender la retirada debo alejarme de mi buena muchachada".
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